21.4.06

Io, Toni e Claudio Magris. Un trio impossibile.

Toni è un amico spagnolo che adora Claudio Magris. Ieri lo scrittore triestino si trovava a un convegno sul filosofo Carlo Michaelstaedter, vedendolo gironzolare senza meta e senza pace con la sua borsa di pelle tra le mani, ho pensato di informare via sms il mio amico che se aveva qualche curiosità o qualche domanda da porre a Magris potevo fargli da intermediario, tanto - per dirla terra terra - si stava rompendo le palle.
Anche se la risposta del mio amico poeta è arrivata fuori tempo utile ("Wow! Robale alguna prenda de ropa. Luego nos las ponemos, a ver si nos pega algo!"), ho promesso di scrivergli in spagnolo quello che è successo.
So che il mio castigliano scritto non è affatto perfetto, ma per lui, ancorché massacrata, la lingua che ho usato è più comprensibile della nostra.


Nunca habia visto de persona a Magris, siempre e solo le vì por fotografia, entonces ayer no estaba seguro fuise a el. No me le imaginaba tan alto, asì que le miraba y me preguntaba: "¿es el?". Tras las otras cosas, mi feina consistiera en ponersele algunas preguntas: de algun modo tenia que solver mis dudas.
Tenia miedo, no puedes ir de una personalidad como a el i preguntarsele si por caso es a Claudio Magris. Te lo imaginas... tienes que ser jilipolla. Pues… esperé que algo passe y algo pasò. Llegò a mi jefe :
- ¿Ya has enetervistado a alguien?
- No, estan todos atras del banco ablando desde hace dos horas…
- …cerca de la machina de las bebidas està Magris.
- ¿De verdad? ¡entonces està! Voy ahora mismo.
Por no equivocarme se le pido a una de las hostess si le ha visto.
- Estaba aquì, espera… mira, està allà.
No me habia equivocado, aquella persona flacha y alta con la cara cansada era Magris.
Desde el rincon de una puerta escucha los vaniloquios de Vittorio Sgarbi (un famoso critico de arte italiano). Me parece insensible molestarle. Me pongo a un metro de el y vuelvo a esperar.
Es ahora que le escribo el sms a Toni.
Acabo enviar y Magris sale de la conferencia.
- Desculpe, soy BLABLABLA, se le puedo preguntar unas cosas?
Magris me mira perdido. Tampoco se parece que sepa su nombre.
-Solo un minuto que tengo que llamar una persona.
Saca su mobil de la maleta y se sienta sobre la escalera de marmol.
Como acaba su telefonada se le pido lo que tenia que pedirle y me contesta sin demaciada originalidad. Aunque la culpa de esa sterilidad - tengo que reconocerlo - ha sido de las pregutas, Magris no tenia mucha gana de hablar. Le he entendido cinco minutos despues cuando mi jefe, se le pidiò unas curiosidades sobre el echo de un relato. Se le contestò que no se le recordaba, que tenia que mirar sus apuntes.
…estaba cansado. Mucho cansado.